Esta semana he participado en la clausura de los cursos de verano 2013 de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona, donde he reflexionado sobre la difícil situación que estamos viviendo en nuestro país y la importancia histórica que tiene la respuesta que demos como sociedad para la defensa de los patrimonios sociales más valiosos conseguidos con el esfuerzo de muchas personas desde la recuperación de la democracia.
Con el esfuerzo continuado de varias generaciones, desde la recuperación de la democracia, España ha cambiado su situación y de una manera más acelerada tras nuestro ingreso en la UE hemos avanzado como no lo hacíamos desde hace siglos.
Desde el surgimiento de la democracia como sistema político, este sistema de gobierno se ha mostrado como el patrimonio social más rentable y preciado para impulsar el progreso de los pueblos. Si se estudia la evolución de los niveles de desarrollo de los países, encontramos una correlación directa entre la duración y calidad de regímenes democráticos y el grado de desarrollo y bienestar social que han alcanzado y disfrutan.